Artículo originalmente publicado en FutbolMLS.com.
PORTLAND, Oregon – El fútbol evoluciona, y a medida que lo hace se adapta a nuevos funcionamientos y posturas tácticas.
Alemania, con un proceso que duró una década cuando Jürgen Klinsmann y Joachim Löw tomaron la selección teutona en 2004, consiguió el máximo logro del fútbol internacional: la Copa Mundial. Al igual que como lo hizo España cuatro años antes, el respeto a un proceso y el fortalecimiento a las estructuras futbolísticas, le permitió a la Mannschaft arroparse en el elixir propio de levantar el trofeo.
Löw supo reconocer a su mentor tras derrotar a Argentina en la final: “Hemos estado juntos por 55 días, pero empezamos este proyecto diez años atrás y este es el resultado de ese trabajo que iniciamos con Jürgen Klinsmann”.
Varios países del mundo estuvieron atentos al logro alemán y coincidieron en que ese modelo es el adecuado para ser exitoso en el fútbol. Estados Unidos, con el propio Klinsmann a la cabeza de la selección nacional, ya firmó un pacto con esa idea que le da al de Göppingen el poder para manejar a placer la organización estructural de la federación estadounidense de fútbol (US Soccer) hasta 2018.
Entonces, Klinsmann habrá cumplido siete años al frente de la selección americana; a tres de la década y con dos Mundiales jugados. Pero, ¿dará resultado?
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